A unos 100km al norte de Lisboa se encuentra el Distrito de Leiria, una región portuguesa llena de atractivos turísticos. A finales del año pasado tuvimos la suerte de estar alojados en casa de unos amigos que habíamos hecho en un viaje anterior. Sólo fueron un par de días, pero aprovechamos para conocer muchos sitios interesantes de la mano de nuestros estupendos anfitriones. A continuación os propongo un recorrido por los 6 lugares que pudimos visitar: Leiria, Marinha Grande, Nazaré, Alcobaça, Batalha y el famoso santuario de Fátima.
Leiria, cuya fundación se remonta al 1135, es la capital del distrito. A orillas del río Lis y a los pies del castillo medieval que dio origen a la villa, Leiria es una ciudad pequeña y no especialmente turística, pero merecedora de una visita. Destaca, obviamente, el Castelo de Leiria. Encaramado en las rocas, fue creado como fortaleza defensiva y lugar de descanso para guerreros. La población empezó a crecer a raíz de su construcción y en poco tiempo pasó de villa a ciudad. Se pueden visitar sus ruinas y las zonas reconstruidas, que albergan diferentes exposiciones. Además, merece mucho la pena por sus fantásticas vistas. Recomiendo comprar la entrada combinada que incluye también la visita al MiMo -Museo de la Imagen en Movimiento-, muy interactivo e ideal con niños, al Moinho do Papel, un museo dedicado a los oficios artesanales ubicado en el espacio de un viejo molino, y al Agromuseu Municipal Dona Julinha, una granja-museo. El ticket cuesta 4€/persona. Y, como toda ciudad medieval que se precie, nada mejor que callejear sin rumbo por su casco antiguo. Una pequeña delicia.
Visitar Marinha Grande
Marinha Grande, una pequeña ciudad al oeste de Leiria, fue nuestra base de operaciones. Es un lugar acogedor, pero no puedo destacar demasiado a parte de su buena gastronomía. Lo realmente interesante, más que la localidad, es el conjunto del municipio, que se extiende hasta el Atlántico. Desde Marinha Grande podemos tomar una coqueta carretera entre pinares para llegar hasta São Pedro de Muel. Por el camino, como interesante curiosidad, podemos visitar un Eucalipto gigante (ubicación). Una vez en la costa recomiendo seguir en dirección sur hacia Nazaré. En el recorrido hay numerosas playas, algún faro y más de un acantilado de vértigo. Y un consejo: desayunad en la Pastelería Arco Íris de São Pedro de Muel. Merece la pena por las vistas y por los pastelitos típicos: las brisas do liz.
Visitar Nazaré
Nazaré fue antaño el centro de peregrinaje más importante de Portugal. Su Santuario, compuesto por la Igreja de Nossa Senhora da Nazaré y la pequeña Ermida da Memória, recibía una gran afluencia de peregrinos hasta que en 1917 se levantó la Capilla de las Apariciones en Fátima, a poco más de 50km. No soy en absoluto religioso (de hecho, soy ateo), pero merece la pena acercarse hasta allí aunque sólo sea por las espectaculares panorámicas. En los últimos tiempos, además, Nazaré ha sido noticia varias veces gracias al famoso surfero Garrett McNamara, que estableció en la Praia do Norte un récord Guinness al surfear la ola más alta de la historia en el año 2011. El listón quedó fijado en los 23,7 metros pero este mismo año, en la misma playa, ha podido batirlo al surfear una ola de 30,48 metros. El nuevo récord esta pendiente de confirmación oficial.
Visitar Alcobaça
Siguiendo hacia el sur, podemos volver al interior para visitar el importante Monasterio Cisterciense de Alcobaça, fundado en 1148. Construido en estilo gótico, alberga las tumbas del Rey Pedro I de Portugal y su querida Inés de Castro. Aparte de la visita, os recomiendo curiosear la leyenda de este amor imposible. Según se dice, Inés pasó de ser su amante a ser su esposa, pero fue asesinada antes de que Pedro se convirtiera en Rey. Una vez en el trono, Pedro I habría mandado exhumar el cadáver de Inés para que fuera coronada como Reina y sus cortesanos le rindieran pleitesía. Cierta o no, la historia se convirtió en símbolo del amor eterno y ha sido llevada numerosas veces a la literatura.
Visitar Batalha
Batalha es un clásico del turismo en Portugal. El motivo: el Monasterio de Batalha, Patrimonio de la Humanidad desde 1983. Este Monasterio, mezcla de estilos gótico tardío y manuelino, empezó a construirse en 1386 y sus obras se alargaron durante más de un siglo. El lugar fue, y sigue siendo, de gran orgullo para los portugueses, pues conmemora la gran victoria de las tropas de Juan I de Portugal frente al poderoso ejército de Castilla en la Batalla de Aljubarrota. Hoy en día es un museo que contiene iglesia, varias salas con exposiciones, un claustro, importantes tumbas reales, etc.
Visitar Fátima
En 1917 tres niños afirmaron haber sido testigos de varias apariciones de la Virgen María. El hecho recibió máxima atención cuando, supuestamente, miles de personas presenciaron el "milagro del sol". Mucha gente lo describió como un "baile" o un "temblor" del sol que duró unos diez minutos. Estos efectos, que probablemente no fueran más que una mezcla entre credulidad, predisposición, pensamiento de grupo (un prejuicio cognitivo sobre el que aconsejo profundizar) y las consecuencias obvias de una exposición prolongada de las miradas de la gente hacia el sol, fue tomado como un verdadero milagro y desencadenó en la creación de un Santuario que se ha ido ampliando con el tiempo. A lado y lado de la gigantesca explanada destacan la Basílica del Rosario (1928) y la moderna Iglesia de la Santísima Trinidad, con espacio para 9.000 personas. Que nadie se me ofenda, pero hoy en día Fátima, con tantos hoteles y tiendas de souvenirs, parece más un parque de atracciones que un lugar de peregrinaje.
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Leiria, cuya fundación se remonta al 1135, es la capital del distrito. A orillas del río Lis y a los pies del castillo medieval que dio origen a la villa, Leiria es una ciudad pequeña y no especialmente turística, pero merecedora de una visita. Destaca, obviamente, el Castelo de Leiria. Encaramado en las rocas, fue creado como fortaleza defensiva y lugar de descanso para guerreros. La población empezó a crecer a raíz de su construcción y en poco tiempo pasó de villa a ciudad. Se pueden visitar sus ruinas y las zonas reconstruidas, que albergan diferentes exposiciones. Además, merece mucho la pena por sus fantásticas vistas. Recomiendo comprar la entrada combinada que incluye también la visita al MiMo -Museo de la Imagen en Movimiento-, muy interactivo e ideal con niños, al Moinho do Papel, un museo dedicado a los oficios artesanales ubicado en el espacio de un viejo molino, y al Agromuseu Municipal Dona Julinha, una granja-museo. El ticket cuesta 4€/persona. Y, como toda ciudad medieval que se precie, nada mejor que callejear sin rumbo por su casco antiguo. Una pequeña delicia.
Visitar Marinha Grande
Marinha Grande, una pequeña ciudad al oeste de Leiria, fue nuestra base de operaciones. Es un lugar acogedor, pero no puedo destacar demasiado a parte de su buena gastronomía. Lo realmente interesante, más que la localidad, es el conjunto del municipio, que se extiende hasta el Atlántico. Desde Marinha Grande podemos tomar una coqueta carretera entre pinares para llegar hasta São Pedro de Muel. Por el camino, como interesante curiosidad, podemos visitar un Eucalipto gigante (ubicación). Una vez en la costa recomiendo seguir en dirección sur hacia Nazaré. En el recorrido hay numerosas playas, algún faro y más de un acantilado de vértigo. Y un consejo: desayunad en la Pastelería Arco Íris de São Pedro de Muel. Merece la pena por las vistas y por los pastelitos típicos: las brisas do liz.
Visitar Nazaré
Nazaré fue antaño el centro de peregrinaje más importante de Portugal. Su Santuario, compuesto por la Igreja de Nossa Senhora da Nazaré y la pequeña Ermida da Memória, recibía una gran afluencia de peregrinos hasta que en 1917 se levantó la Capilla de las Apariciones en Fátima, a poco más de 50km. No soy en absoluto religioso (de hecho, soy ateo), pero merece la pena acercarse hasta allí aunque sólo sea por las espectaculares panorámicas. En los últimos tiempos, además, Nazaré ha sido noticia varias veces gracias al famoso surfero Garrett McNamara, que estableció en la Praia do Norte un récord Guinness al surfear la ola más alta de la historia en el año 2011. El listón quedó fijado en los 23,7 metros pero este mismo año, en la misma playa, ha podido batirlo al surfear una ola de 30,48 metros. El nuevo récord esta pendiente de confirmación oficial.
Visitar Alcobaça
Siguiendo hacia el sur, podemos volver al interior para visitar el importante Monasterio Cisterciense de Alcobaça, fundado en 1148. Construido en estilo gótico, alberga las tumbas del Rey Pedro I de Portugal y su querida Inés de Castro. Aparte de la visita, os recomiendo curiosear la leyenda de este amor imposible. Según se dice, Inés pasó de ser su amante a ser su esposa, pero fue asesinada antes de que Pedro se convirtiera en Rey. Una vez en el trono, Pedro I habría mandado exhumar el cadáver de Inés para que fuera coronada como Reina y sus cortesanos le rindieran pleitesía. Cierta o no, la historia se convirtió en símbolo del amor eterno y ha sido llevada numerosas veces a la literatura.
Visitar Batalha
Batalha es un clásico del turismo en Portugal. El motivo: el Monasterio de Batalha, Patrimonio de la Humanidad desde 1983. Este Monasterio, mezcla de estilos gótico tardío y manuelino, empezó a construirse en 1386 y sus obras se alargaron durante más de un siglo. El lugar fue, y sigue siendo, de gran orgullo para los portugueses, pues conmemora la gran victoria de las tropas de Juan I de Portugal frente al poderoso ejército de Castilla en la Batalla de Aljubarrota. Hoy en día es un museo que contiene iglesia, varias salas con exposiciones, un claustro, importantes tumbas reales, etc.
Visitar Fátima
En 1917 tres niños afirmaron haber sido testigos de varias apariciones de la Virgen María. El hecho recibió máxima atención cuando, supuestamente, miles de personas presenciaron el "milagro del sol". Mucha gente lo describió como un "baile" o un "temblor" del sol que duró unos diez minutos. Estos efectos, que probablemente no fueran más que una mezcla entre credulidad, predisposición, pensamiento de grupo (un prejuicio cognitivo sobre el que aconsejo profundizar) y las consecuencias obvias de una exposición prolongada de las miradas de la gente hacia el sol, fue tomado como un verdadero milagro y desencadenó en la creación de un Santuario que se ha ido ampliando con el tiempo. A lado y lado de la gigantesca explanada destacan la Basílica del Rosario (1928) y la moderna Iglesia de la Santísima Trinidad, con espacio para 9.000 personas. Que nadie se me ofenda, pero hoy en día Fátima, con tantos hoteles y tiendas de souvenirs, parece más un parque de atracciones que un lugar de peregrinaje.
Otros sitios que puedes visitar en el Distrito de Leiria: Castillo de Óbidos, Grutas de Mira de Aire, Termas de Monte Real, Castillo de Ourém, Castillo de Porto de Mós, Castillo de Pombal y Peniche, con la Isla de Baleal y el Archipiélago de Berlengas.
Fotos: (1) Castelo de Leiria desde la Praça Francisco Rodrigues Lobo (2) Centro histórico de Leiria (3 y 4) Farol do Penedo da Saudade e inmediaciones, municipio de Marinha Grande (5 y 6) Santuario y pueblo de Nazaré (7) Monasterio Cisterciense de Alcobaça (8) Monasterio de Batalha (9) Santuario de Fátima. Autoría: Lupe/Los apuntes del viajero
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